A 75 kilómetros de la capital almeriense, en el municipio de Laroya, se realiza cada año una de las técnicas ancestrales de la ganadería tradicional. Un arte que durante siglos se ha realizado en nuestra península con el corte del pelo para lana en un animal, esquilar ovejas.
Con la aproximación del verano y las altas temperaturas, también se va acercando la época de la esquila de las ovejas. Aunque antiguamente esta actividad generaba un alto rendimiento económico, actualmente, se realiza meramente por la salud del propio animal, de la oveja. El negocio de la lana no es tan rentable como lo pudo ser hace décadas, por el surgimiento de las telas sintéticas.
Pero esto no implica que se deje de esquilar ovejas, ya que como hemos comentado anteriormente, estas, podrían sentirse incómodas y posiblemente dejen de estar saludables, debido a que la tierra puede apelmazarse en su lana y con la llegada del calor.
De esta manera, mediante el esquilamiento, liberamos a la oveja de esa manta natural que las recubre. Por lo tanto, la esquila es necesaria para mantener a las ovejas saludables y felices.
Como vemos en el siguiente video, el proceso de esquilar a cada oveja es sencillo y rápido. No se llega a invertir más de 5 minutos con cada oveja (en este caso utilizando una maquinilla eléctrica) y se trata de un proceso indoloro para el animal.
Aunque se esquilen por competo, el proceso de crecimiento es rápido, en 3-4 meses, estas ovejas vuelven a recuperar su manta de lana para afrontar los meses más fríos.
Si te has quedado con ganas de saber más, no tienes más que visitar Reul Alto, en el pueblo de Laroya (Almería), donde te ofrecerán toda la información que necesites.
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